COSMOVISIÓN SEXUAL Y FERTILIDAD NATURAL

 




Iré directamente al grano. La causa principal (hay otras, pero son secundarias) de la infertilidad femenina hoy es la ausencia de líbido, esto es, de deseo y excitación sexual en la mujer. El desplome del deseo, del apetito sexual, lleva a la patética situación actual, en la cual el 40% de las féminas entre 18 y 45 años no son fértiles1. Jamás se había dado una situación así, pues la infertilidad por causas biológicas, o infertilidad natural, es del 3-5%. Para el año 2050, si no se toman las medidas apropiadas, el 90% de las mujeres serán infértiles en grado máximo, o sea, sin ovulación, lo que nos aproxima al final de la especie humana.

Dichas medidas apropiadas son, ni más ni menos, que una revolución erótica integral.

La precondición de ello tiene que ser la conquista de un espacio social amplio de libertad de expresión, libertad de investigación y libertad de prácticas sexuales hetero, todo ello considerado desde unos criterios morales rigurosos, con eliminación de la represión feroz, aplastante, que padece el sexo heterosexual, en particular el reproductivo, por la acción de la policía política erótica, cuya sede central es el Ministerio de Igualdad. Éste está imponiendo una persecución de facto del Eros natural que, por sus efectos últimos, ha de calificarse de crimen contra la humanidad, esto es, de genocidio2.

El sexo tiene que dejar de ser un hecho político, politizado y politicista, para convertirse, sencillamente, en una práctica biológico-amorosa prepolítica.

La cosa es todavía más grave. Una mujer que, pongamos por caso, a los 28-32 años de calendario, ya no es fértil tiene, en realidad, una edad biológica de 48-52 años. Esto es, ha envejecido veinte años de golpe, se ha hecho menopaúsica, o premenopáusica, con todo lo que esto significa de senilidad biológica básica. Eso se pone de manifiesto en: 1) mayor vulnerabilidad a todo tipo de dolencias y enfermedades, en particular al cáncer, a las infecciones y a las enfermedades degenerativas, 2) masculinización corporal, deformación y fealdad patológica, 3) cansancio crónico irremediable, 4) bulimia o anorexia, 5) vida solitaria aniquiladora, 6) depresión profunda, que puede degenerar en fantasías de suicidio y suicidio intentado, 7) medicación con psicoactivos, esos venenos terribles.

La extinción del impulso reproductivo natural daña al instinto de supervivencia, dado que ambos, sexo que crea vida y voluntad de vivir, son una y la misma cosa. Al demoler el instinto de supervivencia a través de la represión y la nadificación del Eros, se abre la puerta a Thanatos, la deidad de la muerte y la aniquilación, que opera en contra de quien haya creído, por adoctrinamiento institucional masivo, que puede prescindir del sexo y el amor, para concentrarse, como es habitual, en la maximización de su poder personal e ingresos monetarios. Eso, estimadas amigas, os lleva a los brazos de Thanatos3.

Además de privar a las mujeres de la fertilidad natural y de enfermarlas, e incluso matarlas, el modo equivocado y malicioso de concebir lo erótico hoy las despoja del inmenso goce del sexo, un placer natural excepcional, además de imprescindible para mantener el equilibrio psíquico-físico personal, haciéndolas frígidas profundas de manera múltiple, o sea, polifrígidas, disfunción pavorosa que hoy atenaza al 70% de todas las féminas, y al 95% de las menores de 30 años. El sexo institucional, el impuesto desde el poder, es tan antinatural, insípido, bobo, banal, aburrido y prescindible, que está dejándose de ejercitar, particularmente entre la juventud. Un artículo publicado hace unos meses, basado en los últimos estudios de campo sobre encuentros sexuales en los países de Occidente, lleva el expresivo título de “El sexo está desapareciendo poco a poco”. Así es, por desgracia4. Se comprende, pues si el sexo es lo que dice la sexología académica, o sea, sexo basura, mejor abstenerse de practicarlo.

Entremos en la parte enunciativa.

  1. Los métodos naturales que erotismo y sexualidad que se proponen en este blog son eficaces, diría que incluso extraordinariamente eficaces, al ser el resultado de la observación y la experiencia, mantenidas durante muchos años. Lo decimos en conciencia y desde un elevado sentido de la moralidad. Sólo exigen entenderlos, interiorizarlos y practicarlos con rigor. Con ellos, una mujer que, estando en edad de procrear, haya perdido la regla, la recupera en uno o dos meses, abundante y roja, quedando así en condiciones de ser fecundada por coito natural. Si es su voluntad, puede lograr un embarazo cada 12-15 meses, de media, durante un periodo de 6 a 9 años. Como dice el refrán, todo puede aprenderse, el sexo reproductivo también.

  2. La clave está en cambar la conducta sexual personal, para lo cual el paso previo es modificar radicalmente la idea básica, la cosmovisión que se tiene sobre el erotismo y el sexo. Hay que proceder a una revolución personal interior, a la vez intelectual, emocional e instintiva, para alcanzar una comprensión apropiada sobre el sexo que oriente una conducta nueva en el acto fornicatorio, así como en sus decisivos antecedentes y necesarios consecuentes.5
  3. Lo esencial del sexo humano es la sexualidad femenina. Comprenderla en tanto que sexualidad de las féminas, y no como copia o plagio de la sexualidad masculina, es decisivo. Para ello hay que efectuar dos movimientos mentales y emocionales contradictorios, pero sustantivamente complementarios y unidos, uno es concebir a la mujer como hembra, el otro es entenderla como criatura destinada al amor. Así se resuelve la doble naturaleza, la condición bipartida, de lo humano femenino6 y también de lo humano masculino.

  4. Las mujeres jóvenes, ente 18 y 45 años, tienen que entregarse al amor y al sexo natural, para tener una vida plena, larga y completa. El aprendizaje del sexo en la vida social (no en el aparato académico) en esa decisiva edad es fundamental, muy por encima de cualquier actividad profesionalista, monetizada, empresarial, laboral o académica. Si esto no se hace, vamos hacia una hecatombe de las mujeres jóvenes, que van a perecer masivamente, como ancianas prematuras y cadáveres antes de tiempo. Su menopausia, veinte años antes de la fecha biológica natural, así lo anuncia.

  5. Quienes hacemos este blog nos sentimos agobiados, además de indignados, por las asechanzas y amenazas de la policía sexual, que opera desde el Ministerio de Igualdad. Exigimos libertad de expresión, debates libres para todos, estar presentes en los medios de comunicación, no sufrir la censura, no tener sobre nosotros una fascista Espada de Damocles que en cualquier momento se nos descuelgue encima. La policía sexual ministerial no nos va a vencer, pero necesitamos de vuestra ayuda, para que no nos callen, para que no nos laminen. Un poquito de apoyo nos vendrá bien. Tuyo, de esta, del otro, de la otra. De todos. De todas.

  6. El sexo es al mismo tiempo instintivo y aprendido. El impulso nos guía, pero al ser seres racionales y no sólo animales mamíferos, necesitamos aprenderlo. Hay que aprender, incluso, a seguir al instinto, que es el conocimiento más decisivo para las mujeres actuales, dejarse llevar por su instinto, poniéndolo por encima de toda consideración discursiva. Por eso nuestro objetivo es poner al servicio de todas las mujeres unos saberes experienciales suficientemente completo, complejos y al mismo tiempo sencillos y aplicables, que: a) recuperen el sexo como goce, b) eleven a lo más alto la líbido de las féminas, c) otorguen a éstas, con todo ello, una buena salud corporal y mental, d) aquellas que deseen ser madres, puedan lograrlo sin ningún agobio, preocupación ni esfuerzo.

El problema del varón es complejo. Por lo pronto, en nuestros Cursos sólo admitiremos a mujeres, solas o con sus parejas, pero no a varones, si bien organizaremos también Cursos para estos. Sólo para hombres. Ello resulta de la naturaleza singular del Eros masculino, que ha sido y es absolutamente tergiversado por la sexología académica. Nuestra comprensión de él es otra, muy diferente.

Debemos advertir que no sólo hay sexo basura, ahora identificado con aquél que recomienda la sexología académica, sino también sexo estéril, al no servir para resolver los grandes problemas del Eros femenino, y finalmente está el sexo profundo. Si el sexo estéril culmina, a veces, en el orgasmo, el sexo profundo lo hace en el éxtasis, con la advertencia de que las diferencias, enormes, entre uno y otro pueden explicarse con palabras, es cierto, pero para comprenderlas deben vivirse. Para la parte verbal rogamos se siga lo que irá publicándose en el este blog.

Finalmente, hay que explicar qué y cómo debe ser la pareja, y la familia, por extensión, para que el sexo cumpla su función. La idea de pareja nuclear basada en categorías elementales y disfuncionales, tal como fue impuesta por el adoctrinamiento de las películas de Hollywood de mediados del siglo pasado, es obvio que no puede resolver el problema de la infertilidad femenina, salvo acudiendo a algo aún peor, las clínicas. La clave de esto es hallar la relación apropiada entre amor y sexo. Trataremos sobre esto más adelante.


RODRI

1 Ese porcentaje se incrementa de manera muy preocupante. En pocos años, la mayoría de las féminas del país y del planeta serán infértiles, lo que pone en peligro la existencia de la especie humana. Hay dos tipos de infertilidad, la de las mujeres que todavía ovulan, y que puede ser inseminadas en las fábricas de seres humanos, y las que ya han perdido toda capacidad ovulatoria, al haber caído su libido por debajo de cero, de manera que sólo logran concebir (y ello dudosamente) a través de la fertilización en vitro, esto es, con óvulos comprados a otras mujeres. Pero cada vez hay menos féminas fértiles, capaces de producir óvulos, de manera que sólo una década, serán una minoría incapaz de atender todas, e incluso sólo una parte, de las demandas mercantiles de óvulos. Algo estremecedor.

2 La intención de quienes hacemos este blog es evitar la política. Pero como desde el poder político español se impone un tipo de sexualidad que es la negación de la sexualidad natural, la cual está enfermando, en incluso matando, y haciendo no-fértiles a las mujeres, nos sentimos obligados, aunque no nos gusta hacerlo, a meternos en política, lo que efectuaremos sólo en lo mínimo necesario para lograr el objetivo que nos hemos marcado, aportar nuestro granito de arena a la causa de conseguir que las mujeres sean libres para tener hijos.

3 Esto es literal, por ejemplo, el número de mujeres que es consumidora habitual de psicofármacos por orden del médico supera ya el 50% y crece torrencialmente. Pero esas drogas bioquímicas matan, pues son tóxicos muy potentes, que en 15-20-25 años, según sea el organismo de cada mujer, destruyen su vitalidad, la enferman gravemente y la llevan a la tumba. Teniendo en cuenta que ahora se medica a las adolescentes masivamente, hasta al 80% de ellas, con tales venenos poderosos, ¿Qué futuro espera a las mujeres, es más, a nuestra especie? Todo ello se puede evitar si, digamos, se autorizase a este sector de edad de las féminas, así como al resto de los sectores, a comprender el sexo heterosexual como es, y no como se les impone en los centros educativos, y a practicarlo conforme a su naturaleza, a saber, por deseo y/o amor, con discreción, en la penumbra, de manera natural, con furia libidinal y en consonancia con su condición biológica, hembras de la especie humana.
4 La clave doctrinal del mal que padecemos reside en tomarse en serio el erróneo e indocumentado libro de W. Reich “La función del orgasmo”, que es la biblia de la sexología ortodoxa actual, burguesa, empresarial, mercantil y ministerial, libelo rotundamente politicista y biopolítico. La mujer que se guie por tan aberrante teorética será, a la vez, infértil, enferma, sufriente, polifrígida y depresiva. Dedicaremos todo un artículo a poner en su sitio, o sea, en el cubo de la basura, a las teorías del señor Reich.

5 Hay mujeres que se dirigen a nosotros pidiendo algo así como un recetario, o un paquete de trucos, para recuperar su fertilidad y embarazarse. Pero tal no es posible, pues esto no es un programa culinario de televisión que recomienda recetas eróticas como si fueran ofertas gastronómicas. Incluso si hiciéramos un recetario (que es factible, y quizá lo elaboremos pronto), no sería comprendido, porque contienen toda una revolución erótica en sí mismo, y por tanto no podría ser aplicado sin previamente ser entendido y asimilado. La clave está en cambiar la conducta sexual modificando la idea básica interior que se tiene sobre el sexo, el erotismo y el amor. Eso exige una ruptura radical, que puede ser incluso dolorosa, con la conciencia sexual actual, generadora del sexo basura, del sexo enfermante, del sexo que hace no-fértiles a las mujeres (y a los hombres), del sexo que mata, del sexo genocida.

6 Lo decisivo, en todos los casos, a nivel social y económico es negar rotundamente que la mujer sea un robot productivo cuyo destino es enriquecer a los empresarios y al Estado por la vía tributaria. Esa idea, que es exactamente la del Ministerio de Igualdad, resulta ser feminicida. Monstruosa. Genocida.


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