COMPRENDER LA SEXUALIDAD HUMANA PARA LOGRAR EL ÉXITO REPRODUCTIVO



El rechazo de la fertilización artificial, esto es, de la industrialización capitalista de la reproducción de los seres humanos, no puede ser meramente negativo y crítico. Debe incorporar, como elemento principal, una propuesta, bien articulada y experiencialmente fundamentada, para reforzar la fertilidad natural de las mujeres y de los varones.

Con una interpretación apropiada, experiencial, de lo que realmente es el sexo, el erotismo y el amor humano primigenio, que guíe las prácticas amatorias, se puede lograr que el 95% de aquellas mujeres que anhelan ser madres alcancen el deseado embarazo, de manera que no tengan que acudir a las fábricas de seres “humanos” … degenerados.

Al 5% restante les recomiendo que tomen bebés o niños en adopción, de manera que, en ningún caso, nunca jamás, acudan a la inseminación artificial. Por ellas y ellos, por sus posibles hijos, por el futuro de la humanidad. Hay que poner límites a lo monstruoso, sublevándose contra ello, porque si no se hace así, la especie humana carecerá de futuro… Las clínicas de fertilización tienen que desaparecer de la faz de la tierra.

Ese 25-30% de infértiles, que es el dato verdadero actual, puede recuperar su fecundidad si modifica sustantivamente, en el interior de sí, como reflexión, pasión y emoción íntima, su percepción del sexo, haciendo que sus prácticas amatorias se revolucionen. Porque en efecto, lo que se necesita es una revolución erótica, así como un bloque potente y bien articulado de terapias eróticas revolucionarias, que nada tengan en común con la sexología biopolítica de los últimos cincuenta años.

Porque la biopolítica en curso, impuesta desde arriba, es la causa principal de la infertilidad de masas que padecemos.

La revolución erótica otorga fertilidad, y las terapias eróticas son muy útiles, mucho, para quienes desean hacer del Eros, del sexo, un modo de mejorar absolutamente su salud física y su salud mental. En definitiva, todo viene a ser lo mismo, pues las terapias amorosas confieren embarazos a quienes los deseen, y al mismo tiempo proporcionan buena salud, diría yo que una salud de hierro, a quienes no están interesados en lo reproductivo, pero sí en el sexo como vía hacia la realización personal holística, el éxtasis integral ascendente y la sabiduría profunda sobre lo esencial del yo.

El precepto socrático del autoconocimiento tiene una derivación en lo erótico y amatorio, consistente en profundizar dentro de sí misma y sí mismo, hasta llegar al estadio más primitivo de la propia identidad. Es un remontarse a las fuentes primigenias de la vida, tal como existe (o debería de existir) en cada ser humano, hasta alcanzar al yo prehumano, reptiliano, que rige lo sustantivo del acto de existir y perdurar, concretado, a saber, en alimentarse, sobrevivir y reproducirse.

Porque antes de que los seres humanos culminases el proceso de hominización, antes de que se constituyeran como “homo sapiens”, hace unos 300.00 años, tenían sexo y se reproducían, con notable éxito. Y ahí es a dónde hay que llegar, al Eros prehumano, despojándose de las capas de biopolítica dictatorial, equivocada, esterilizante, modernista, artificiosa, deshumanizada, esterilizante, que es lo que impide el éxito del Eros que desea crear vida.

El remontarse desde la actual condición de ser humano/mujer y ser humano/varón a las más sencillas, pero mucho más esenciales, categorías de hembra y de macho, proporciona, por un lado, embarazos, y por otro, saberes sustantivos, terapías mágicas, vigor personal inmenso, entusiasmo cotidiano… Somos seres pensantes, en efecto, en tanto que féminas y varones, pero para el erotismo tenemos que ser criaturas primitivas que se entreguen al impulso sexual primario como lo hacían nuestros antepasados prehumanos, u como aún lo hacen nuestros hermanos los demás mamíferos. Sin pensar, sin cálculo, por mera y simple pasión primaria e impulso irrefrenable.

En el ejercicio del acto de pensar debemos seguir, todas y todos, a Aristóteles (mejor, si se me permite, a Locke, Hegel y Morin), pero en el acto de fornicar con la apropiada sublimidad lo conveniente es inspirarse en las Venus Paleolíticas, en las pinturas rupestres de Cogull, en el libro de Amancio Peratoner[1], en la sana sabiduría popular… En suma, o hacemos del Eros un furor primigenio arrasador e irremediable o nos vamos con las orejas gachas, la depresión al máximo y la faltriquera bien llena de monedas a las clínicas de “reproducción asistida” (sic), a que nos degeneren. Y, además, nos saqueen y exploten, pues tales tratamientos son cualquier cosa menos baratos.

EL OBJETIVO DE ESTOS ARTÍCULOS, ANÁLISIS Y TEXTOS ES EXPLICAR PASO A PASO, DURANTE UNA SECUENCIA QUE DURARÁ MESES, DE QUÉ MODO OPERA LA SEXUALIDAD MÁS AUTÉNTICA, POR MÁS PRIMITIVA, EN LOS SERES HUMANOS, PARA QUE ELLA CULMINE EN COITOS FECUNDOS Y REPRODUCTIVOS. Pero los iremos publicando sin prisas y sin agobio, paso a pasito. Y, probablemente, haremos algún curso, más adelante.

Elaboremos una lista. Las causas de la actual epidemia de infertilidad -inducida- son muchas: sociales, económicas, nutricionales, médicas, laborales, de estilo de vida, familiares, teoréticas, relacionales y las que se pueden integrar en el bloque de causas erótico-amorosas. Éstas resultan ser, a nuestro juicio, las decisivas. Y en ellas nos centraremos, sin negar al resto.

Lo haremos en las semanas y los meses que vendrán.

                                                                                                                             Rodri


[1] Me refiero a “El culto al falo y a las demás divinidades presidentes a la generación entre los antiguos y los modernos”, 1875.

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